¿Los Patos nos vigilan?.
Iquique es tierra de Patos; de los buenos y de los malos. Riveros Olavarría, quien en extricto rigor era más bien Papapato, es uno de los guenos, porque a pesar de que muchos lo reconocían más como Mulero que Riveros, el creador de Tartamudeando de Libros era uno de los cinco o seis escritores chilenos que podía vivir de sus creaciones. !Chu-chupense e-esa!.
Algunas historietas las sacó de las pegás de platino que lo acompañaron en sus odiseas en Holanda y Cuba, tierras en las que perfeccionó su manía de contar historias y sacó un cartón de periodista que usó para aparecer en los medios locales, como El Nortino, ese cité donde en mis primeros años re-edité día a día la maqueta que me incrustaron en la universidad. Afortunadamente en esas mismas volteretas salió el Mango, en el que Papapato, quien tenía cierto temor a perder su condición, armaba las contraportadas, una columna esperada en la que le sacaba palabras al empiluchado o la tontorrona exhuberante de turno, las que eran pa cagarse de la risa. Ahí también estaba el Tuto Ramos, quien comentaba en el creible pero incierto, lo que también me ayudó a soltar la manopla y contar historias... como ésta, la del Pato Riveros Olavarría, quien en extricto rigor era más bien Papapato, uno de los cinco o seis escritores chilenos que podía vivir de sus creaciones. !Chu-chupense e-esa!.
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